Periodistas que no dan el perfil

«No das el perfil». Es lo que le dijo su jefe hace unos días a un amigo periodista, para justificar su despido tras 30 años en el mismo medio. Otro medio muy importante anuncia el cierre de sus delegaciones en varias autonomías y deja en el limbo a otros grandes profesionales de contrastada trayectoria. El goteo es incesante, por eso ahora que se acerca el Día Mundial de la Prensa, que se celebra el 3 de mayo, concluyo que es imprescindible reivindicar la libertad de expresión y volver a hacer los grandes manifiestos en defensa del periodismo como garantía de la democracia, pero todo puede ser vano porque la cruda realidad es que los periodistas tenemos el enemigo en casa.

Y me pregunto qué perfil están buscando hoy en día los editores y jefes de las redacciones, cuando un profesional con 20-30 años de experiencia no da el perfil y es despedido de un día para otro.

• Estamos ante periodistas con décadas de experiencia, con lo que supone de memoria histórica, lo que enriquece claramente los temas que tocan.
• Esa misma trayectoria de décadas hace que tengan una variadísima y valiosísima agenda de contactos, lo que les permite fácilmente conseguir exclusivas o información propia que da(ba)n valor a los medios en que trabaja(ba)n y los distinguían del resto de medios.
•  Con 20-30 años a sus espaldas son (y seguirán siendo) voces autorizadísimas para hablar de asuntos relacionados con su sección, por lo que les invitan a coloquios, charlas y demás donde representa(ba) a su medio, y le da(ba) también ese prestigio añadido de contar con un profesional de gran prestigio.
• Aparte de noticias, escribían en su medios artículos de opinión leídos y comentados ávidamente por los líderes políticos y sociales, otro valor añadido al que los medios renuncian.
• Estos periodistas cuarentones o cincuentones son un chollo para cualquier joven periodista que le pongan al lado: aprenderá todo lo que no enseñan en la facultad.

Claro, tras décadas en el mismo medio, estos periodistas tienen un sueldo digno y adecuado a sus capacidades y trayectorias. Seamos prácticos, con ese sueldo tienes tres o hasta cuatro jóvenes periodistas ávidos (legítimamente) de meter cabeza, que sin los veteranos perderán la guía que todos necesitamos al principio.

En fin, si un medio de comunicación prescinde de los valores de la experiencia, el prestigio profesional y la agenda propia, la conclusión es que el «perfil» que está buscando no es el de un periodista, sino a alguien que haga copia-pega de teletipos. Pan para hoy, ERE para mañana, y cierre para pasado mañana.